Hay bocas que mil besos han volcado
sobre labios de grana de una niña,
besos fríos que pronto se olvidaron
perdidos en las brumas de la vida.  

Y hay otras...como el caso de la mía
que siento palpitar en ella un beso,
el beso que no he dado y que se anida
delirante en mis labios como un fuego. 

Tengo sed de volcarlo sobre aquellos,
labios puros, que invitan a besarlos
aunque sean: acibar y tormento,
¡aunque muera después de haberlo dado!