Sylvia Plath
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Horas tempranas - Sylvia Plath
Vacía, en mí resuena el menor de los pasos,
Museo sin estatuas, grandioso con pilares, pórticos,
rotundas.
En mi patio una fuente salta y se hunde de nuevo en sí misma,
Monjil y ciega para el mundo. Lirios de mármol
Exhalan su palidez como un aroma.
Me imagino con un gran público,
Madre de una blanca Minerva y varios Apolos de ojos calvos.
En cambio, los muertos me lastiman con atenciones, y
nada puede suceder.
La luna posa una mano en mi frente,
Su cara vacua y muda como una enfermera.